Cómo María encendió un movimiento en Chipre: de oradora a líder de una de las comunidades Fuckup Nights más auténticas.

¿Has sentido alguna vez ese impulso inmediato de querer formar parte de algo auténtico? Esa sensación que se queda rondando en la cabeza, te empuja a actuar y te dice: “esto es para mí”. Eso fue exactamente lo que detonó esta historia.
Allí, entre historias reales y vulnerables, se sembró una idea poderosa: “quiero ser parte de este movimiento”. La conexión fue tan clara que, al día siguiente de regresar a Chipre, ya estaba enviado el request para sumarse al movimiento global de Fuckup Nights.
¿Quién está detrás de esta aventura? Maria Sibirtseva, Fuckupper que lidera la licencia en Limassol y Nicosia, Chipre. Su trayectoria dentro del movimiento comenzó hace unos pocos años y desde entonces no ha parado de construir comunidad.
Todo comenzó con esa primera invitación para subir al escenario en Almaty. El concepto, la vibra y la misión fueron suficientes para enamorarse del formato. La motivación fue simple y a la vez poderosa: ser parte de un movimiento auténtico.
En Limassol existía una necesidad evidente: una comunidad multicultural —expatriados, locales, perfiles profesionales diversos— que, aunque coexistía, no terminaba de conectarse. Fuckup Nights se volvió el puente perfecto: historias vulnerables, conversaciones reales, y un espacio seguro para admitir lo que tradicionalmente se esconde.
La expectativa al iniciar era clara: contribuir al tejido social y profesional a través de conversaciones valientes.
“Los eventos presenciales requieren paciencia, flexibilidad y reflejos rápidos.”
Organizar eventos físicos no es solo luces y escenarios. También trae retos inesperados:
Este viaje ha sido —literalmente— aprender haciendo. Cada evento empuja a improvisar, cuestionar, ajustar y seguir adelante. Y, en ese proceso, surgió una especie de fórmula mágica:
“Haz tu mejor esfuerzo, mantente auténtico y confía en que los grandes resultados llegarán.”
El aprendizaje que nos voló la cabeza 🤯:
“Nadie más sabe cómo se veía la versión perfecta en tu cabeza.”
Una Fuckup Nights solo necesita: buenos speakers, un espacio de encuentro y amigos.
Sobre el apoyo de HQ, la experiencia ha sido clara: plantillas, materiales, workshops y llamadas periódicas han hecho el camino más ligero y acompañado.
En Limassol, Fuckup Nights ha logrado algo poderoso: conectar realidades distintas. Expatriados y personas locales que rara vez conviven, ahora comparten historias, aprendizajes, referencias culturales y cervezas.
La audiencia se acerca después de los eventos para decir cosas como:
¡Literalmente me da piel de gallina solo al escribir esto!
Maria empezó con una primera edición con 130 asistentes.
Seis volúmenes después, más de 800 personas han sido impactadas directamente.
Ese crecimiento orgánico, comunidad tras comunidad, conversación tras conversación, la llevó a dar el siguiente paso: expandir Fuckup Nights a Nicosia.
Liderar este movimiento también la ha transformado a ella.
Ha construido una comunidad vibrante, ha generado conexiones profundas, y ha encontrado aliados, colaboradores y nuevas amistades. Su presencia local creció, su red profesional también, y FuN se convirtió en una plataforma que le abrió puertas que jamás había imaginado.
Un brindis por lo que viene: la expansión hacia Nicosia ya arranca motores. La misión continúa: seguir rompiendo la idea de que fallar es algo vergonzoso.
Para quien esté considerando tomar una licencia:
“Hazlo, aunque no tengas experiencia organizando eventos. Cree en ti mismo/a y ¡hazlo! ¡Tú puedes!”
La comunidad acompaña y el movimiento te sostiene. Y si hace falta orientación… siempre se puede preguntarle a ChatGPT 🙂.

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