Mentiras, deudas y rehab: Gonzalo lo perdió todo. Esta es la historia de cómo su peor fuckup se convirtió en el inicio de una nueva vida.

Este mes tenemos una de esas historias valiosas, de resiliencia pura y dura. Una historia sobre una avalancha de deudas, mentiras piramidales y escapes de una clínica de rehabilitación.
Ya sabes, esas historias que superan la ficción y demuestran que se puede tocar fondo y salir adelante con más determinación y fuerza que antes.
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Gonzalo Girault Facha es un empresario con 21 años de experiencia en tecnología y videojuegos. Es esposo, padre de cuatro hijos y fundador de una empresa de entretenimiento interactivo en México. Actualmente reside en España, donde abrió una filial para impulsar el talento mexicano y crear vínculos internacionales a través de la creatividad y la tecnología, escribe para Forbes en México, reconocido como uno de los líderes en pensamiento innovador y negocios interactivos en Latinoamérica.
Gonzalo: El fracaso es una experiencia muy personal y así como es un punto de quiebre y un momento de aceptación personal, también es un momento de decisión y acción. Una vez que logramos aceptar el fracaso, obtenemos la fuerza para entrar en acción, aprender, corregir y seguir en el nuevo camino.
Gonzalo: En 2019 estaba iniciando un nuevo proyecto. Recién había ayudado a Gamers (una de las cadenas de venta de juegos más grandes de México) a monetizar y vender su nuevo sitio de videojuegos. Quería intentar algo diferente dentro de la industria.
Junto con unos socios decidimos abrir “The Game Rack, un local de videojuegos donde además de comprar, teníamos espacios de competencia, torneos y eventos especiales.
Fue muy emocionante lanzar un nuevo proyecto tan diferente y ver que la visión tomaba forma, al principio todo parecía que iba a salir muy bien… al principio.

Gonzalo: Después de la euforia inicial y la inauguración me di cuenta de varios errores: la fuerte competencia (teníamos una tienda Gameplanet un piso abajo), la mala ubicación del local, la falta de espacio físico, la mala administración de inventario, los gastos fijos altos y muy pocas ventas.
Pero la peor decisión de todas fue clavarme con mi ego y una estrategia a corto plazo para financiar la tienda y mantener los flujos andando. Decidí de forma deshonesta buscar “préstamos” de los mismos socios de la empresa para invertir en “otros negocios” y esos rendimientos reinvertirlos en la tienda.
En mi mente yo podría generar esos mismos rendimientos una vez que la tienda saliera a flote. Y aunque no había forma de sacar la tienda a flote, yo insistí en darle más tiempo y conseguir más préstamos. Lo que yo estaba haciendo es una especie de pirámide “Ponzi”.
Convencido de que la tienda daría resultados eventualmente yo pagaba los intereses de los préstamos con otros préstamos, así parecía que la tienda estaba dando resultados y finalmente conseguía nuevos préstamos.
Mi plan era hacer eso un par de veces hasta pagar todos los préstamos, pero eso nunca pasó. Los préstamos se seguían acumulando y lo que empezó como una solución a corto plazo se volvió una bomba nuclear.
Gonzalo: Desde el principio. Sabía que la idea de los préstamos a corto plazo no era la mejor decisión, pero preferí seguir adelante con la “estrategia” en vez de frenar todo y dar marcha atrás.
Cuando menos lo pensé, ya estaba envuelto en una tormenta difícil de controlar; mentiras y deudas acumulándose cada vez más. Esto empezó a cambiar mi personalidad, mis acciones y mis reacciones, una combinación de ego y vergüenza me motivaban a seguir con la farsa.
La situación se volvió insostenible. Sin dinero para poder seguir pagando los intereses acumulados, ya sin tienda, sin empresa y sin conseguir más préstamos bajo el esquema original, pero aún lo suficientemente soberbio como para aceptarlo todo y enfrentar las consecuencias.
El punto de quiebre absoluto fue en Marzo del 2021, cuando yo ya no podía con la presión de todas las deudas. Ya no había más explicaciones para una esposa y cuatro hijos, cuando no había dinero ya ni para el gas, super, etc y yo me escondía cada vez más en alcohol.
Una mañana de Marzo mi esposa me encontró alcoholizado una vez más, y tomó la decisión de correrme de la casa. A partir de ahí ella empezó a enterarse de todas mis malas decisiones, deudas y problemas financieros en los que me había metido en los últimos años. Todo esto mientras se me internaba en una clínica de alcoholismo.

Gonzalo: Mi sentimiento era de desesperación total, no podía creer como yo había acabado así, después de todo lo que ya habíamos logrado como matrimonio y familia. Simplemente llegué a ser irreconocible para mi mismo.
Además de enterarse de todo lo anterior, mi esposa tuvo que lidiar con personas de mi familia que se portaron muy por debajo de la calidad que aparentaban ser. Por todas estas circunstancias, ella había tomado la decisión de divorciarnos.
Me fui enterando poco a poco de todo lo que estaba pasando, debilitando más y más mi esperanza de recuperarlo todo.

Gonzalo: Estuve internado varias semanas en un par de clínicas. Los primeros días fueron de verdadera incertidumbre y desesperación, yo no sabía que estaba pasando afuera. ¿Qué estaba pensando mi esposa? ¿Mis hijos? ¿Qué iba a pasar con mi matrimonio? ¿Mi futuro?
Por más desesperado que estuviera, no podía admitir que ahí todo se iba a terminar. En un repentino y milagroso cambio de actitud mi esposa me marcó al internado y me dijo: “Eres mi esposo y siempre voy a apoyarte, se que podemos salir de esta juntos.”
Esas palabras transformaron mi desesperación en esperanza. Esa era la señal que estaba esperando para entrar en acción. El domingo siguiente, junto con un amigo, escapamos de la clínica y logré llegar hasta mi casa.
Sin dinero, sin empresa, sin saber que iba a pasar o cómo iban a reaccionar mi esposa e hijos al verme.
Desde ese punto y hasta hoy, 4 años después, hemos recuperado todo y lo hemos multiplicado. Hemos regresado a la visión original de construir esa gran empresa y proyecto de familia que nos propusimos desde el principio mi esposa y yo.
Por supuesto que no han sido años fáciles, sobre todo el primer año después de regresar, donde tuve que afrontar las fuertes consecuencias de mis actos con socios, familia y amigos. He aprendido mucho sobre quién soy, el valor de mi propia intuición por encima de las opiniones externas, mi capacidad de resiliencia y el valor e importancia de mi esposa en mi vida personal y profesional.
Gonzalo: Dicen que en retrospectiva todos tenemos visión 20/20. Sinceramente creo que todo se pudo haber evitado si yo hubiera tenido mi ego y ambición mejor controlada en ese momento.
Nunca hubiera dejado atrás las empresas de desarrollo de videojuegos y marketing interactivo que ya tenía con buenos resultados, qué fue exactamente lo que retome al regresar de la clínica.
Pero tenía que pasar por todo esto, justo antes de esta nueva era tecnológica, para poder aprovechar el “boom” del metaverso, la nueva era tecnológica y la Inteligencia Artificial. Esta vez con más inteligencia, claridad y confianza.
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Editado por
Ricardo Guerrero
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