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El error que hizo llorar al cliente… literalmente

Rosario B. Casas nos comparte su historia de fracaso

By:
Fuckup Nights
September 24, 2025
El error que hizo llorar al cliente… literalmente | FUN

¡Bienvenidx de vuelta a Fuckup Nights!

El mes pasado tuvimos un evento especial con la Cámara de Comercio de Bogotá: una edición de Mujeres Sin Filtro en el Gofest.

En un espacio de cinco días que reunió a más de 25,000 asistentes, tres mujeres emprendedoras contaron sus historias de fracasos y resiliencia.

La historia que estás a punto de leer, se contó allá por primera vez. Pero quisimos que Rosario B. Casas la compartiera nuevamente contigo porque lo tiene todo: un deadline de fin de semana, desvelos, errores de código y llanto.

Sigue leyendo y descúbrela…

- Eric, Gerente General de Fuckup Nights Global.

Quién

Rosario B. Casas es emprendedora, con más de 9 años de experiencia en práctica en AI y plataformas tecnológicas y más de 25 años en roles ejecutivos. Cofundadora de XR Americas, BCPartners Tech, Dreamers & Doers y Brooklyn2Bogota Digital Transformation Community, es experta y desarrolladora en computación espacial.

Reconocida con el premio Mujeres Legendarias en 2019 por Ford y una de las 100 innovadoras en 2020 por OBO Movement. Su pasión es que más mujeres e hispanos estén preparados para resolver problemas con la tecnología.

Definiendo el fracaso

FuN: ¿Cuál es tu definición personal de fracaso?

Rosario: El fracaso no es la caída, sino la inacción. Fracasar es cuando te paralizas ante una situación donde sabes que podrías aportar un cambio significativo. Es limitarte a lo mínimo, sabiendo que tu experiencia y voz tienen el poder de transformar un contexto.

FuN: ¿Cómo era todo antes del fracaso?

Rosario:  A partir del 2013 yo comencé mi aventura en el mundo de la tecnología, y en 2015 decidí trabajar en mi formación para volverme una fundadora técnica. Todo avanzaba por muy buen camino, mientras que formaba parte de equipos que eran pioneros en realidades inmersivas en el ecosistema de Nueva York. 

Hasta que la pandemia nos obligó a replantear muchas cosas. Muchos negocios comenzaron a cerrar, especialmente por falta de habilidades y competencias digitales. Y fue entonces cuando, junto a mi socio de vida y negocio, Felipe, descubrimos nuestra verdadera misión: ayudar a reducir la brecha digital y dar las herramientas básicas para operar. Entonces decidimos entrar en ese mundo y ser el equipo de fundadores no técnicos.

Fue así como nos encontramos con Lauren, una mujer empresaria y fundadora (no técnica) que había logrado encontrar un problema real para solucionar con el uso de tecnologías. Su empresa hacía software para tomar notas de manera sencilla en entidades sin fines de lucro.

Una buena causa, con usuarios voluntarios, gente mayor que en ocasiones no tenía recursos o acceso a equipos de cómputo nuevos.

Lauren ya había tenido tres equipos de programadores freelance que no lograron alinearse. Ella no hablaba el lenguaje de la tecnología, y ellos no hablaban el del negocio. La plataforma aún tenía muchos problemas y a los usuarios les salían un montón de fallas, a pesar de eso, los usuarios amaban la plataforma y la seguían usando porque les resolvía un problema real.

Así que empezamos a trabajar con ella.

Me conectaba en las llamadas con ella y los usuarios. En ocasiones, no sabían que los “rectángulos” que veían eran botones. Incluso, al pedirles una captura de pantalla, nos mandaban una foto de la computadora con el celular. Sin duda, esa brecha digital era un tema a cubrir.

El verdadero F*up 💩

Rosario: Cuando empezamos la parte técnica, encontramos varios problemas, así que trabajamos en el diseño de una nueva versión. Cuando uno va a hacer algo como esto, es necesario bajar la plataforma del aire, poner un mensaje de “mantenimiento” y empezar a trabajar con los desarrolladores.

Pero Lauren no quería que sus usuarios encontraran la plataforma caída en tiempos de trabajo. El problema es que los usuarios estaban en horarios desde Estados Unidos hasta Australia. Entonces elegimos un viernes para arrancar. Ese día pedimos hamburguesas para el equipo, todos listos desde sus casas para trabajar en remoto. 3, 2, 1, plataforma abajo y comenzamos a trabajar.

Cuando creíamos que estábamos listos para volver al aire, la plataforma no volvía. Tratamos de encontrar el problema. ¿En la base de datos? ¿en el front? ¿en el back? ¿dónde?

Mi equipo estaba trabajando, buscando soluciones, sin descansar mucho, con un nivel de estrés horroroso. Sabíamos que cada una de las organizaciones que usaban la plataforma la necesitaban para su trabajo. Todo se empezó a volver muy tenso conforme se acercaba el domingo. 

Lauren me mandaba mensaje tras mensaje por Slack, yo era la barrera que contenía su estrés de mi equipo. Y así es que llegó el momento más difícil: una videollamada con Lauren. Era domingo por la mañana yo estaba muy angustiada, y ella todavía peor. Me dijo:

"Siento que no tengo certeza de lo que me están diciendo. No sé si estoy entendiendo o no. Esto me superó. Llevo tres equipos de desarrolladores, ustedes son el cuarto. No creo ser capaz de sacar adelante este sueño.”

Lauren apagó su cámara. Y yo sólo la oía sollozar. Quedé fría.

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FuN: ¿Cómo se resolvió la situación?

Rosario: En ese momento entendí que mi rol no era solo ser líder técnico, sino un puente humano. Era el momento de dejar de lado términos técnicos y conectar con el miedo real de una persona que lo había intentado todo. Yo le dije: "Lauren, si quieres no nos pagas, pero no vamos a dejarte abandonada, ni a ti, ni a los usuarios.”

Le pedí que dejara de mandarme mensajes para poder concentrarnos, accedió no de muy buen ánimo, pero me comprometí a reportarle cada hora. Así el peor momento se convirtió en un chance de ver la luz de nuevo.

Horas después tuvimos que pedirle autorización para volver al aire con una versión que tenía algunas fallas aún. Acá entre nos, tuvimos que auto-hackearnos para retomar el control. Pero teníamos algo muy bueno, una versión en producción que se acercaba a lo que teníamos en mente.

Y lo mejor, es que yo me sentía absolutamente orgullosa de mi equipo que había logrado sacar adelante semejante crisis y volver al aire. Duramos dos meses más en estabilizar la plataforma. La reconstrucción de la confianza de Lauren tomó un poco más de tiempo, pero se recuperó en la medida en que los usuarios comenzaron a tener menos problemas, o al menos no los mismos problemas. 

Tres años después,  la empresa sigue siendo nuestro cliente y próximamente va a estar contando cosas muy especiales.

La aventura con Lauren me enseñó que la verdadera maestría no está en el código, sino en la capacidad de construir puentes de confianza y comunicación cerrando la brecha digital. Una conversación a la vez.

En conclusión…

  1. La crisis siempre va a llegar. Las preveamos o no, va a suceder. Pero cuando tenemos clara la magnitud del problema que estamos afrontando y sabemos lo que no sabemos, ya alcanzamos la mitad del éxito. Estar preparados es vital y tener en el equipo a quienes ya han pasado por crisis y han entrenado ese músculo necesario para salir de ellas es supremamente valioso.

  1. Un equipo top y comunicación sincera hacen toda la diferencia. No tomar nada de manera personal, generar sistemas fluidos de comunicación en la que todos sepan que es importante aportar.

  1. La tecnología de frontera es fascinante, pero…. Quienes construimos tecnología tenemos un superpoder, al entender lo que es posible, podemos ayudar a quienes apenas van empezando a aprender a usar las tecnologías para impactar en sus comunidades. Dedica siempre un tiempo a aportar a reducir una brecha que es más grande de lo que imaginamos.

¡Conecta con Rosario!

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Recuerda, nuestros canales están abiertos a cualquier duda, queja, feedback o colaboraciones en: rich@fuckupnights.com.

Editado por

Ricardo Guerrero

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