La historia de este mes salió de un gran evento corporativo para BBVA con el nombre de "Maternidad Perfectamente Imperfecta", uno de los bancos más importantes en México.

Seleccionamos esta historia porque toca esa conversación pendiente sobre la relación entre la vida personal y laboral y la desigualdad de expectativas en mujeres de alto rendimiento.

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¿Quién?

Mercedes López Arratia es una líder binacional en marketing, tecnología e innovación con una trayectoria destacada como CMO en instituciones financieras clave de México. También tiene experiencia global en compañías de Nueva York. Ha sido reconocida como una de las mujeres más influyentes del país. En los últimos años se ha dedicado a asesorar a startups y grandes empresas, dar conferencias y mentorías a mujeres; recientemente lanzó su libro Brujas, reinas y zorras. El poder de las mujeres autónomas.

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Definiendo el fracaso

FuN: ¿Cuál es tu definición personal de fracaso?

Mercedes: Para mí es una oportunidad de aprendizaje. El fracaso no es el final, sino el principio de cosas nuevas e interesantes. Es cuando la vida nos da la oportunidad de enfrentar y aprender de una experiencia para darle la vuelta. De lo contrario, queda como un reto pendiente por aprender y entonces probablemente se nos volverá a presentar.

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FuN: ¿Cómo era todo antes del fracaso?

Mercedes: Durante los 2000s estaba en un momento muy bueno en mi vida. Tenía éxito, había sido promovida en mi empresa y tuve la oportunidad de trabajar en Nueva York, tenía una buena relación con mi esposo y una familia con dos hijos. Podía balancear correctamente mi vida personal y mi vida laboral. De verdad me sentía en la cima del mundo, logrando todas las cosas que yo quería.

Era la época donde iniciaba toda la transformación digital en marketing. Aprendía muchísimo y tenía una vida que para mí era profundamente satisfactoria y que me retaba todos los días.

Llegó un momento en que a mi esposo le ofrecieron regresar a México y tener una muy buena posición dentro de su compañía. Fue una buena oportunidad para la familia y un buen momento para volver y darles raíces a mis hijos en México.

Pero por el otro lado, yo tenía mi vida maravillosa en Nueva York y acababa de fundar mi propia startup. Aunque podía llevar ese proyecto en remoto, la verdad es que no necesariamente quería volver.

Sopesando los retos y las oportunidades que representaba para mi familia, volvimos a México.

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El verdadero F*up 💩

Mercedes: En dos años, las cosas parecían que iban funcionando bien, dejé mi startup para volver al mundo corporativo y obtuve una gran oportunidad en Citi Banamex. Con tanto éxito y reconocimiento profesional, parecía que todo se iba poniendo en su lugar.

Hasta que de pronto me divorcié. Llegó un momento en que la relación no aguantó, y en un lapso de tres meses nos separamos después de 20 años de casados.

Fue un momento muy difícil, un momento de quiebre. Mientras abría áreas de marketing y transformación digital en grandes compañías de México, tenía la sensación de estar muy rota, muy triste y ser muy poco capaz.

Casi nadie en la oficina se dio cuenta que yo estaba pasando por un divorcio, porque tenía puesta una máscara, pero por dentro estaba completamente destruida y confundida. No sabía dónde ir, ni qué hacer conmigo misma.

De repente tenía muchas cosas en mi plato. Estaba al pendiente de la adaptación de mis hijos adolescentes a esta nueva vida, mi divorcio y un reto enorme con un área completamente nueva en una compañía muy grande.

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FuN: ¿Cómo llevaste tu vida profesional en medio de esa crisis?

Mercedes: Todos estos retos en la oficina me ayudaban a concentrarme. Sentía que en mi vida existía un lado súper exitoso donde las cosas iban bien. No quería sumarle retos a mi equipo con una jefa confundida y distraída.

Yo creo que en ese momento mi trabajo fue una gran tabla de salvación cuando sentía que me ahogaba en todos los otros aspectos de mi vida. Esa era mi autonomía financiera también, algo que muchas mujeres cuando enfrentan un divorcio no necesariamente tienen.

Estaba metida en la rueda del éxito, de la familia feliz, de ser una buena mamá y de poder ser una mujer. Yo era de las primeras mujeres que estaba sobresaliendo en la industria y demostrar que se podía mantener este balance entre la vida profesional y la vida personal, costaba mucho.

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FuN: ¿Crees que volcarse en el trabajo te distrajo de tu proceso de sanación?

Mercedes: Creo que muchas de las mujeres que enfrentamos las responsabilidades de la casa, la familia y que somos ambiciosas profesionalmente, vivimos así. Hay un montón de requerimientos en la sociedad, desde llevar la agenda social de la familia hasta que tu casa esté bonita y que la comida esté servida.

Entonces hay tantas distracciones y responsabilidades que no te da tiempo verte.

Yo me tomaba mi vida demasiado en serio, era demasiado obsesiva, controladora y seria. Pensaba que todo tenía que ver con luchar. Quería quedar bien. Quería que todo mundo me dijera que era muy lista, que lo estaba haciendo bien y que estaba obteniendo grandes resultados.

Tanta autoexigencia es difícil. Es muy importante detenerse a ver la vida como es, a disfrutarla cada día, a apreciar la realidad de lo que sí hay y voltear a verte para detectar qué necesitas en diferentes aspectos de tu vida.

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FuN: ¿Llegaste a algún punto de quiebre?

Mercedes: Hubo un momento muy difícil en donde me sentí terriblemente sola. Sentía que tenía pocas herramientas para poder salir adelante. Aunque yo convivía con mis amigas y mi familia, tenía de frente un reto personal muy importante.

Un día yo estaba muy, muy triste, lloraba y lloraba. Estaba tomando un baño y recuerdo que salía más agua de mis ojos que de la regadera. Ahí, por primera vez en mi vida, entendí lo que significaba morirse de amor, que te rompieran el corazón y que de verdad te sintieras mal, quererte morir.

En ese momento me dije: “No me puedo morir. Yo quiero vivir. Tengo una vida y tengo unos hijos y tengo un propósito, aun tengo cosas por hacer.” Me llegó ese “Aha! moment” de darme cuenta que no podía dejar todo porque mi relación no funcionó. Salí, tomé el teléfono, busqué la cita con un psicólogo, con un coach y empecé a leer al respecto.

Dejé de estar sentada en mi tristeza, hecha bolita en el piso y salí hacia adelante a buscar ayuda.

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FuN: ¿Cómo impactó este cambio a tu equipo?

Mercedes: Al tener ayuda, todo lo que aprendía sobre mí, también lo aplicaba del lado profesional. Aprendí a escuchar mucho más a mis equipos. Me convertí en una jefa mucho más divertida. Y también mejoró la comunicación con mis hijos.

Me hizo mucho mejor líder. Tuve más empatía con la gente y me hice muy amiga de muchos de mis proveedores. Creé un network increíble. Dejé de estar solo concentrada en el trabajo y en mis problemas personales. La vida era un poco más fácil.

Fue un proceso de años, tampoco en cinco minutos uno se siente feliz. Mi liderazgo tuvo un enfoque mucho más humano, orientado a que la gente llegara a ser lo mejor de sí misma. De hecho, así es como los negocios también llegan a ser lo mejor de sí mismos.

Todo este proceso de transformación personal me ayudó a crear mi libro: Brujas, Reinas y Zorras. El poder de las mujeres autónomas. En él comparto las herramientas que fui descubriendo en el camino y las pongo a disposición de la gente. También entrevisto a 12 mujeres de diferentes estratos sociales y de diferentes edades para aprender las unas de las otras.

Siento que estoy ayudando, que mi vida, todo esto que me pasó, tenía un propósito. Es una oportunidad para ayudar y decirle a las personas que la están pasando mal, que hay luz al final del túnel. Hay muchas personas que como yo, están usando una máscara pero que por dentro están confundidas.

No tienen que empezar desde cero, el libro es un pequeño manual con información, casos y herramientas para lograr autonomía personal. Con curiosidad se pueden resolver las cosas. La vida está llena de oportunidades y estar vivo es un privilegio.

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En conclusión…

• Busca ayuda de profesionales cuando estés en crisis. Así como te rodeas de los mejores en tu trabajo, obtén apoyo experto en tus procesos personales.
• Ser autónomos —tomar nuestras propias decisiones conscientes y hacernos responsables de sus consecuencias— nos da poder y libertad para crear una vida plena y brillante.
• El trabajo correcto no sólo puede ser una herramienta profesional, es una fuente de autoestima, pasión y propósito. Asegúrate de estar en una organización que te rete y te valore.
• La vida está llena de oportunidades de crecimiento. No siempre es color de rosa, pero siempre te puedes convertir en una mejor versión de ti misma si así lo decides.
• El network profesional es valiosísimo. No sólo por las relaciones profesionales sino por las personales, que se pueden volver muy cercanas si las cultivamos.
• Y es cierto, nadie se muere de amor.

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¡Conecta con Mercedes!

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