Alexandra Mendoza nos comparte su historia de fracaso
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Conocimos a Alexandra Mendoza en el Gofest de Bogotá. Ahí, nos contó con toda honestidad su historia más vulnerable. Ella fue una de las tres mujeres que compartió sus aprendizajes en una edición especial de Mujeres Sin Filtro. Por su perfil, experiencia y resiliencia, le pedimos que repitiera aquí su historia. Y aceptó.
Hoy, desde Liquitech, nos comparte una montaña rusa de emociones que comenzó con una misión de vida descubierta y que derivó en la tormenta perfecta.
Alexandra Mendoza nos comparte su historia de fracaso
Alexandra Mendoza es fundadora y CEO de Liquitech, una ex–súper ejecutiva con más de 20 años de experiencia en la industria del factoring y servicios financieros. Su pasión por la innovación la llevó a fundar su empresa; una Fintech que optimiza las operaciones de factoraje a través de un core tecnológico y que mejora la liquidez de las empresas. Ha desarrollado proyectos de impacto social, actualmente es presidenta de la junta directiva de Colombia Fintech.
Alexandra: La definición de fracaso no puede ser distinta a aprendizaje. No tenemos garantizado nunca que las cosas salgan perfectas a la primera. Siempre hay una caída que nos ayuda en el siguiente intento, desde la consciencia de lo que NO debe hacerse. Se trata de tener la previsión de que es algo que puede ocurrir y que reconozcamos el valor que podemos encontrar en él para ser más fuertes.
Alexandra: Tras 15 años como una súper ejecutiva en Barranquilla (trabajo estable, buen salario y bonos anuales)… me aburrí. Quería crear y dejar de hacer todos los días un poco más de lo mismo.
Yo venía de hacer factoring (cobro adelantado de facturas) toda la vida pero todo era manual: firmar hoja por hoja, mandar al mensajero de un lado a otro… así que se me ocurrió algo. ¿Por qué no crear un servicio que simplificara todas esas operaciones? Así nació Liquitech.
Crecimos el negocio rápidamente junto a mi co-fundador. En nuestro primer año hubo desembolsos de factoring por 2 millones de dólares, en el segundo por 8 millones y el tercero por 30 millones. Todo venía de maravilla.
Y a pesar de que llegó la pandemia y creíamos que era nuestro fin, eso nos puso en el radar Varios inversionistas internacionales vieron en Colombia un mercado enorme para facturas electrónicas.
Y eventualmente llegó LA gran oferta: emitir un bono de 100 millones de dólares con un Asset Manager estadounidense.
Se unieron dos socios más y empezamos a trabajar en el modelo de negocios. Pensamos todo, presupuestos, prospección de mercado, productos y hasta expansión internacional.
¿Qué podía salir mal si era hacer más de lo mismo pero con un poco más de tamaño?
Alexandra: Hicimos inversiones grandísimas en infraestructura y en equipos, todo estaba listo para firmar los documentos. En teoría, el primer desembolso saldría en tres meses, pero pasó casi más de un año para que saliera la primera operación. Algo que no estaba contemplado en absoluto en el plan de negocios.
Simplemente las condiciones no se dieron como esperábamos y los desembolsos no resultaron rentables.
Todo ese tiempo muerto de flujo impactó directamente en la caja de la compañía. La prospección comercial que habíamos hecho no funcionó como esperábamos: cuando les presentábamos la oferta a nuestros clientes, se quejaban del precio y de la lentitud.
Teníamos clientes molestos, una caja en números rojos y nada de plata para seguir expandiendo la planta ni para aguantar el ritmo. Golpeábamos puertas de inversionistas y fuentes de fondeo, pero nos decían que el runway era muy corto y que necesitábamos más. Al final, era un círculo vicioso.

Alexandra: Así empezó la crisis y las discusiones entre socios, los “te lo advertí”, “eso no lo debiste hacer” y los “fuimos muy ingenuos”. Esto generó que la tensión se contagiara también a los empleados y a los clientes que llamaban para quejarse de la falta de recursos. ¿Y al final, de quién era la responsabilidad? De la CEO.
Y como si fuera poco, llegó el golpe más personal. Luego de 23 años de relación, se acabó mi matrimonio.
Ese fue mi verdadero momento Fuckup. Todo se rompió al mismo tiempo. Incluso el matrimonio de mi socio también se terminó.
Fueron semanas de llanto sin parar tras bambalinas. Ante el equipo teníamos que ser fuertes y demostrar que podíamos salir adelante.
Alexandra: Mi co-founder fue una pieza fundamental. Trabajamos muy de la mano para salir adelante. Como estábamos viviendo la misma crisis en ese preciso momento, fuimos un apoyo muy importante el uno para el otro.
Después de haber rebalanceado la estructura societaria de la compañía, nos quedamos mi co-founder y yo. Negociamos con los otros co-founders y socios, y tuvimos que hacer un adelgazamiento de la empresa. Gracias a todo ese proceso, desarrollamos una estructura única en Colombia: una empresa capaz de hacer este tipo de alineación de facturas aseguradas para inversionistas internacionales.
En 2025 pudimos cerrar (después de un año y medio muy duro) nuevas alianzas con fondos de inversión para seguir creciendo en el mercado de factoring en Colombia. Encontramos un nuevo accionista que llegó a darnos el respaldo que necesitábamos en términos de capital, trayectoria y trabajo complementario que nos hacía falta para desarrollar todos nuestros proyectos.
¡Conecta con Alexandra! linkedin.com/in/alexandramendozadc
Recuerda, nuestros canales están abiertos a cualquier duda, queja, feedback o colaboraciones en: rich@fuckupnights.com.
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