Aprende cómo tus expectativas afectan a tu equipo y descubre 7 formas de influir positivamente en el trabajo.
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Levante la mano quien tenga un buen sexto sentido ✋
Seguro te ha pasado: conoces a alguien y en segundos sabes que no se van a llevar bien.
Aún así, intentas sonreir, dar la mano, escuchar sus ideas y mantener una charla amable… pero nada fluye. Semanas después, cruzan miradas en el pasillo y esa persona te voltea los ojos. “Lo sabía”, piensas. La profecía se cumplió.
En realidad no fue tu sexto sentido, fue el Efecto Pigmalión. Un fenómeno psicológico donde nuestras expectativas influyen en el comportamiento y rendimiento de otras personas.
Desde tu primera impresión, tu actitud cambió sutilmente, en tus gestos, tono, atención, etc. La otra persona percibió esa diferencia y respondió con la misma energía, confirmando tu “teoría”.
Este fenómeno aplica en muchos aspectos de tu vida. Lo que esperas de tus colegas de trabajo, subordinados, pareja, alumnos, amigos, etc. moldearán su comportamiento y seguramente obtendrás el resultado que esperabas ver.
Así como (en el ejemplo) lograste una mirada desagradable en el pasillo, también hay un potencial enorme, como sacar la mejor versión de las personas que te rodean.
Es un superpoder. Que como sabes, conlleva una gran responsabilidad: tus expectativas pueden elevar o limitar el potencial de quienes te rodean.Este mes te vamos a contar cómo utilizar tus expectativas de la mejor manera.
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1. Sé claro y actúa:
Expresa tus expectativas y las cualidades que tu equipo necesita. No te guardes los comentarios positivos y reconoce públicamente el buen trabajo. Sé coherente y brinda a tu equipo la misma confianza, retos y responsabilidades que le darías a tu equipo ideal.
2. Espera lo mejor: Sin excepción.
Explora la creencia de que todos tenemos algo valioso por aportar. Apuesta por ver el potencial de las personas y busca formas de sacar lo mejor de todos como equipo.
3. Explora tus sesgos:
El primer paso para eliminar sesgos nocivos es reconocerlos. Al ser consciente de tu propia subjetividad, será más sencillo para ti dejarla de lado al tomar decisiones o al interactuar con cualquier miembro de tu equipo.
4. Provee herramientas:
No se pueden esperar grandes resultados sin las condiciones adecuadas para realizar el trabajo. Asegúrate de proporcionar los recursos necesarios y de ofrecer la misma calidad y cantidad de herramientas para todos por igual.
5. Analiza tu comportamiento:
En el día a día es fácil pasar por alto posturas, gestos o tonos que reflejan opiniones personales. Identifica estas señales, especialmente con las personas a quienes podrías haber tratado de manera distinta. Apóyate en colegas de confianza que te ayuden a detectar y corregir esos momentos.
6. Retroalimentación y responsabilidad:
Aplica métodos de retroalimentación imparciales y utilízala como una herramienta para impulsar un crecimiento genuino en todas las personas por igual. Reconoce sus logros y otorga la responsabilidad suficiente para que cada persona pueda tomar sus propias decisiones y aprender de sus errores.
7. Gestiona tus propias expectativas:
No podemos controlar lo que esperan las otras personas. Por un lado, eso también puede ser liberador. Está en nuestras manos definir nuestras propias expectativas. Si notas que existen creencias limitantes sobre ti, establecer expectativas sanas y realistas puede ser una forma de demostrar que esas percepciones estaban equivocadas.
Todo se basa sencillamente en la motivación. Y la confianza percibida de un equipo para sacar todo su potencial.
En ocasiones esto puede ser un arma de dos filos, pero bien encaminada, puede forjar poderosos equipos, listos para enfrentar cualquier reto. ¿Tú cómo motivas a tus equipos?
Envía esta información a quien crees le pueda ser de utilidad.
El secreto para crear un gran equipo de trabajo, es darle la confianza y las herramientas que le darías a un gran equipo de trabajo. Así se cumple la profecía. ;)
Eso lo aprendimos de nuestros partners más grandes como Google, Visa, Oracle y otros gigantes que apuestan por sus equipos y los transforman en su mejor versión.
Con ellos hemos tenido la oportunidad de llevar el formato de Fuckup Nights a sus equipos y contar historias transformadoras de fracaso.
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Transformemos nuestra percepción del fracaso y utilicémoslo como catalizador del crecimiento.
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